Hay una línea muy fina entre usar la inteligencia artificial para escalar contenido… y convertir tu web en un vertedero automatizado.
Si pensabas que podías soltarle a la IA “hazme 200 artículos sobre vitaminas” y tumbar la SERP desde el sofá… te tengo malas noticias: el Unreviewed AI Content (contenido generado por IA sin supervisión humana) es justamente eso: textos generados masivamente con inteligencia artificial, sin ningún tipo de revisión, curación ni aporte humano posterior.
El contenido no supervisado por humanos, ese que parece salido de una fábrica de churros digitales, es el equivalente SEO a construir castillos con naipes: puede parecer mucho, pero se viene abajo al primer soplido. Y ese soplido es Google.
Lo ves en todas partes, sobre todo en webs que se convierten en granjas de enlaces: artículos con estructura repetitiva, sin alma, sin criterio editorial, llenos de frases genéricas que parecen escritas por un robot… porque lo están.
¿Por qué es peligroso?
Porque Google lo sabe. En marzo de 2024, con la actualización Helpful Content Update, Google fue más explícito que nunca: no penaliza el uso de IA per se, penaliza el contenido que no aporte valor real al usuario.
Porque no, no se trata de que uses IA. Eso ya no asusta a nadie. Se trata de qué haces después. ¿Lo revisas? ¿Lo adaptas? ¿Lo haces útil? Si la respuesta es “no”, entonces lo que tienes es puro Unreviewed AI Content.
Ese texto que:
- No aporta nada.
- No tiene alma.
- Y, lo peor, no tiene ni un p**o dato revisado.
Y eso es lo que suele pasar cuando se publica contenido sin supervisión: no responde bien a la intención de búsqueda, no tiene profundidad, ni estructura, ni demuestra experiencia.
Además, este tipo de contenido suele tener:
- Información superficial o directamente errónea.
- Sin estilo propio, utilizando frases vacías.
Más errores comunes
Que muchos siguen creyendo que cantidad es mejor que calidad. Y esta máxima aplica a cualquier plataforma y formato de contenido: Google, YouTube, Instagram…
Google ya no premia el volumen. Premia la experiencia, la relevancia y la capacidad de resolver una búsqueda sin marear al usuario.
Así que si vas a usar IA, hazlo bien. Edítala. Cuéntale a Google que hay alguien detrás que sabe de lo que habla.
Porque si no, no es contenido SEO. Es ruido.