El anchor text externo es el texto visible de un enlace que apunta a tu web desde otra página o dominio. ¿Sabes esos enlaces que apuntan a tu web desde otro sitio web? Pues lo que dicen esos enlaces (el texto visible, el que es clicable) es este texto ancla.
No es un simple texto subrayado.
Es una de las formas más potentes que tiene Google para entender cómo otros sitios describen tu contenido. No es solo una cuestión de autoridad (que también), sino de contexto semántico.
Si te enlazan como “herramienta SEO”, “software de facturación” o “blog de recetas veganas”, estás diciéndole a Google que eso es lo que eres.
Si 10 medios te enlazan con el texto “herramientas para diseñadores”, Google empieza a sospechar que tu página es relevante para eso… aunque tú digas que es para arquitectos.
No lo dices tú, lo dice otro sitio. Y si ese sitio es relevante, con autoridad y habla de temas parecidos a los tuyos, Google lo escucha más. Pero si el enlace viene desde una web sin contexto, sin autoridad o de dudosa calidad… el valor es nulo o hasta perjudicial.
¿Entonces todos los textos de los enlaces externos tienen el mismo valor o no?
Depende (es que si no lo digo…)
Factores que determinan el valor real de un anchor externo
Aquí van los elementos que Google tiene en cuenta a la hora de valorar un anchor text externo:
- Autoridad del dominio de origen: No es lo mismo que te enlace un blog personal de 200 visitas al mes que un medio top como Xataka o Webedia. A más autoridad del dominio (y de la página en concreto), más peso tiene ese anchor.
La patente US8380722B2 lo deja claro: Google pondera el valor del anchor en función de la relación entre el dominio que enlaza y el que recibe el enlace. - Relevancia temática: Si te enlaza una web que trata de lo mismo que tú, Google lo ve como una recomendación de “alguien del gremio”. Si te enlaza un portal de apuestas hablando de tu web de educación, mal vamos. No solo se mide quién te enlaza, sino si hay conexión temática entre los dos.
- Contexto del contenido que rodea el enlace: El párrafo donde se inserta el enlace importa. Si estás hablando de “herramientas de productividad” y en mitad del texto sale un enlace a tu página, genial.
Si el anchor aparece en una lista de enlaces al final sin contexto… Google lo nota. Y no le da el mismo valor. Esto lo detalla la patente sobre “annotation text”, que amplía el foco: no solo importa el anchor, también el texto que lo rodea. - Diversidad y naturalidad del perfil de anchor: Si el 90 % de tus enlaces externos usan la misma keyword exacta (“mejor gestor de tareas”), salta la alarma.
Google espera variedad: marca, genéricos, exactos, de cola larga… como lo haría un humano, no un SEO con plantilla. Aquí entra también lo que describe la patente US7739277B2, que explica cómo Google usa el anchor en su sistema de puntuación: si huele a sobreoptimización, el efecto puede ser el contrario. - Ubicación dentro de la página: No es lo mismo estar en el contenido principal que en el footer, el sidebar o un widget. Cuanto más arriba y más integrado esté en el cuerpo del contenido, más valor tiene. Es una forma de leer “esto es parte del contenido” vs. “esto es relleno estructural”.
- Frecuencia y repetición: Si recibes cientos de enlaces iguales desde muchas páginas o dominios… Google puede interpretar que hay manipulación. Y si se repite mucho el mismo anchor desde un mismo dominio, el valor se diluye. La naturalidad no solo se mide por cómo te enlazan, sino por cuántas veces y desde dónde.
Intenta evitar estos errores (y que los que te enlazan tampoco los cometan)
Ahora bien, no todo lo que brilla es anchor de calidad. Porque así como hay enlaces que suman, hay otros que restan —y a veces ni siquiera los has pedido tú. Aquí van algunos ejemplos de cómo arruinar tu perfil de anchor externo sin darte cuenta:
- Microsites de nicho con anchor exacto repetido: Páginas con perfiles de backlinks donde 90 % de los enlaces dicen “comprar aspiradora barata” desde webs de temáticas irrelevantes, con autoridad nula y contextos sin sentido.Google no solo lo ve… lo castiga.
- Enlaces desde foros automatizados o comentarios: Anchor tipo “mejor SEO 2025” desde foros .ru o comentarios de blog genéricos, metidos con calzador. No solo no ayudan: pueden ser tóxicos.
- Enlaces cruzados entre granjas de contenido: Cadenas de enlaces entre webs que se enlazan unas a otras con anclas iguales y sin relación temática real. Aquí no hay contexto, no hay autoridad y no hay valor: solo footprint.