¿Tener un dominio viejo te ayuda a posicionar? La respuesta corta: no tanto como crees. Pero tampoco es irrelevante.
La antigüedad del dominio es uno de esos conceptos que son medio verdad, medio exageración. Lo importante no es solo que el dominio exista desde hace años, sino qué ha hecho durante ese tiempo. El historial del dominio. ¿Ha estado publicando contenido de calidad y de la misma temática? ¿Ha recibido enlaces naturales? ¿Ha tenido un contenido consistente o ha cambiado más que una derbi variant trucada?
No es lo mismo un dominio viejo, con historial limpio, con buen contenido y autoridad real, que uno que lleva una década sin actualizarse o, peor, con spam chino o japo a cuestas. Y no, no por tener un dominio desde 2003 vas a posicionar por «abogado en Madrid» sin currártelo.
Google lo ha dejado claro en múltiples ocasiones: lo que pesa no es la edad del dominio como tal, sino el historial asociado. Dicho de otra forma, no es un factor de ranking directo, pero puede influir de forma colateral si el dominio ha mantenido buenas prácticas y ha construido esa autoridad temática de forma natural.
¿Y si compras un dominio antiguo?
Cuidado con eso. Podrías heredar no solo su autoridad, sino también sus penalizaciones. Herramientas como Wayback Machine y la historia de backlinks en Ahrefs o SEMrush pueden ayudarte a saber si estás adquiriendo una joya… o un dominio maldito.
Errores comunes (y la mayoría se cometen al comprar dominios expirados)
Como te comentaba anteriormente, comprar el dominio sin mirar su historial es como alquilar un piso sin entrar a verlo. Lo que parecía un chollo, puede esconder moho, goteras, un vecino que escucha reguetón a todo volumen o un kebab sin apenas salida de humos, cualquier mierda que puedes prever si antes ves el piso.
Uno de los errores más gordos es pensar que un dominio antiguo automáticamente trae autoridad. ¿Pero y si esa autoridad venía de una red de enlaces tóxicos o de haber alojado contenido dudoso?
Otro error habitual: creer que puedes revivir un dominio expirado y que Google lo va a tratar como si nada hubiera pasado.
Error.
Google no es tonto y sabe que alguien nuevo está al volante. Y ojo con los dominios que han cambiado de temática radicalmente. Pasar de una web de recetas a un portal de criptomonedas puede levantar más sospechas que un político en… bueno en cualquier lado donde esté.
Así que si vas a comprar un dominio expirado, revisa bien:
— ¿Qué temática tenía antes?
— ¿Tiene backlinks naturales o spam?
— ¿Ha sido penalizado o ha estado inactivo demasiado tiempo?
Hazte estas preguntas antes de sacar la tarjeta. Porque a veces, lo barato sale penalizado.