El Dwell Time es el tiempo que un usuario permanece en una página web después de hacer clic en un resultado de búsqueda, antes de volver a la SERP. No confundir con tiempo de permanencia general o con el “tiempo medio en página” de Google Analytics: aquí hablamos específicamente del comportamiento entre clic → visita → vuelta a Google.
Imagina que buscas “cómo hacer masa madre”. Entras en un resultado, lees con calma, pruebas, guardas el artículo. Has pasado cinco minutos y no has vuelto a buscar. Para Google: buen Dwell Time. Ahora imagina que haces clic, ves un muro de texto sin formato y en cinco segundos vuelves al buscador. Para Google: mala señal.
Ese último caso es lo que se conoce como Pogo Sticking. El usuario entra y sale del resultado casi de inmediato, volviendo a la SERP para probar con otra opción. Es el equivalente digital de decir: “esto no era lo que quería”. Y aunque el Dwell Time y el Pogo Sticking son métricas distintas, ambas apuntan a lo mismo: si el contenido no cumple la intención de búsqueda, lo sabrás rápido por el comportamiento del usuario.
Aunque Google nunca ha confirmado oficialmente que lo use como factor de ranking directo, sí sabemos por documentos internos y patentes que monitoriza los comportamientos post-click.
Y aquí entra el matiz importante: una reciente filtración masiva de documentación interna de Google aclara que las puntuaciones de satisfacción de clics no se basan específicamente en el Dwell Time como métrica aislada, pero sí considera el comportamiento del usuario después de hacer clic para ajustar resultados.
Así que, aunque el Dwell Time no se use como una métrica única o directa, sí forma parte del cuadro más grande que Google evalúa: cómo interactúa el usuario con tu contenido, si vuelve o no a la SERP, y cuánto tarda en hacerlo. En ese contexto, sigue siendo una señal indirecta de calidad percibida y alineación con la intención de búsqueda.
Como arruinar tu dwell time
Aquí tienes una lista de las cosas que lo espantan antes de que puedas decir “123, responda otra vez”:
- Páginas lentas que tardan más en cargar que en leerse.
- Introducciones eternas que no responden rápido a la intención de búsqueda.
- Artículos mal estructurados, sin subtítulos, ni escaneabilidad visual.
- Contenido clickbait que promete pero no entrega (¡te pillamos!).
- Falta de enlaces internos útiles para seguir navegando dentro del site.
- Distracciones innecesarias como pop-ups agresivos, banners invasivos o scroll infinito sin estructura.
Ejemplos de páginas que lo hacen bien
Y al otro lado del espectro, están los que lo clavan. Sitios que hacen que te quedes, explores, leas otro artículo y hasta te olvides de que viniste desde Google. Aquí algunos que dominan el arte de retener con contenido:
Un ejemplo creativo de retención es Puchero Mix (como no), que acompaña cada receta con su propia lista de Spotify (incluso algunas tienen canción propia), maridajes con vinos o cervezas, platos relacionados, consejos y contenido útil que expande la experiencia. No solo cocinas: te quedas, exploras, y acabas guardando la página para volver. Así se cultiva el Dwell Time sin forzarlo.
Ahora bien, hay que entender que no siempre el objetivo es retener durante minutos. En contextos como recetas o consultas rápidas, a veces el usuario entra, ve lo que necesita (los ingredientes, un tiempo de cocción), y se va… pero no vuelve a Google. Ahí no hablamos de un Dwell Time largo, pero sí de algo mucho más valioso: Goal Completion. El usuario encontró justo lo que buscaba y no necesitó más. Y para Google, eso es LA señal.