Palabro SEO: User Experience (UX)

La UX (Experiencia de Usuario) es la forma en que los usuarios interactúan con una web y cómo perciben su navegación. Una buena UX significa que la página es intuitiva, rápida, atractiva y útil, guiando al usuario de manera natural hacia su objetivo (ya sea leer contenido, comprar, suscribirse o interactuar).

¿Qué relación tiene con el SEO?

En SEO, Google valora cada vez más la UX porque una mala experiencia puede hacer que los usuarios abandonen la página rápidamente, aumentando la tasa de rebote y reduciendo el engagement.

¿Cómo hacerlo?

UX para enamorar al usuario

Imagínate una página de recetas. La estructura es lógica y los menús se presentan de forma clara. Un diseño bien pensado facilita la navegación y orienta al usuario sin necesidad de instrucciones complejas. Es como recorrer una casa perfectamente ordenada: cada espacio tiene su propósito y cada elemento, su lugar.

En palabras simples: claridad y velocidad.

Los tiempos de carga, por ejemplo, son fundamentales. Los usuarios no esperan; exigen rapidez. Optimizar imágenes, reducir scripts y usar redes de distribución de contenido (CDN) son acciones que hacen que la experiencia sea casi instantánea.

En UX, cada detalle cuenta.

Pocos son los que ignoran esta realidad: el diseño responsive es obligatorio. Más del 70% del tráfico proviene de dispositivos móviles. Esto exige que los sitios web se adapten a pantallas pequeñas sin perder funcionalidad. Botones táctiles grandes, scroll fluido y contenido optimizado son esenciales para una experiencia sin fisuras.

No basta con un diseño impecable. La interacción es la chispa que enciende la conexión con el usuario. Formularios intuitivos, botones de acción visibles y elementos interactivos –como filtros o calculadoras dinámicas– hacen la diferencia. Imagina una receta donde al ajustar las raciones, los ingredientes se recalculan al instante.

Crear una experiencia memorable.

Ejemplo de buenas prácticas en UX

La web de Puchero Mix (como no) ilustra la importancia de una buena UX. Aunque siempre se puede mejorar, claro.

Con un diseño limpio y una navegación optimizada, esta web de recetas destaca por su estructura clara y botones táctiles bien ubicados. La información, como tiempos de cocción y calorías, se presenta de manera organizada y accesible. Una imagen vale más que mil palabras:

La botonera inferior de Puchero Mix funciona como un panel de control permanente que acompaña al usuario a lo largo de toda la experiencia de la receta. No se trata solo de un recurso estético; su diseño y ubicación responden a necesidades muy específicas de quienes están cocinando o consultando los pasos de preparación.

Para mejorar la UX la navegación entre apartados de la receta (playlist específica para la receta, consejos para la receta, maridaje, información nutricional, etc.) se realiza de forma fluida gracias a esta misma botonera.

Y al activarse hacen un scroll super fino hacia la sección.

En lugar de obligar al usuario a hacer scroll infinito o a volver al inicio para encontrar otras secciones, cada apartado se encuentra a un solo toque de distancia. Esto agiliza la consulta de información adicional –como trucos de cocina o posibles variantes de la receta– y enriquece la experiencia global.

Las optimizaciones en UX en este ejemplo no terminan aquí.

Una de las funciones que más destacan los usuarios a los que he preguntado es la opción de “cocción”, pensada para evitar que la pantalla del dispositivo se apague. En la práctica, esto es de gran ayuda cuando tienes las manos ocupadas entre ingredientes y utensilios, ya que no necesitas desbloquear el teléfono o la tablet constantemente. Además, el modo de cocción aporta un entorno más práctico: el contenido se mantiene visible, lo que reduce interrupciones y facilita seguir las instrucciones en tiempo real.

Otro aspecto interesante es la posibilidad de recalcular raciones.

Con un simple ajuste, el sistema adapta la cantidad de ingredientes en función del número de comensales, ahorrando tiempo y evitando los típicos errores de cálculo manual. Esta característica es especialmente útil si, a última hora, decides invitar a más gente o si prefieres cocinar menos cantidad.

Por último, otra interactividad que te permite tachar ingredientes a medida que se van utilizando o que los vas comprando, según tus necesidades, es otro toque de usabilidad. De hecho hay integrado InstaCart para poder añadir todos los ingredientes al carrito utilizando esta APP.

Marcar lo que ya se ha añadido a la receta evita confusiones y permite orden en la cocina, sobre todo cuando se trata de elaboraciones con varios pasos o con ingredientes duplicados o similares para diferentes partes de la receta.

Sin embargo, como siempre digo, puede mejorar.

¿Qué no hacer en UX?

Me voy a frotar las manos.

Imagina que entras en una tienda y, antes de que puedas dar dos pasos, un vendedor se te planta delante con una oferta que no has pedido. Lo esquivas, intentas mirar un producto y ¡zas! otro vendedor aparece de la nada con un descuento “exclusivo” que solo dura 10 segundos. ¿La reacción más probable? Dar media vuelta y salir por la puerta.

Pues en digital pasa lo mismo.

Si alguien entra en tu web, déjale respirar. No necesitas atizarle con un pop-up en los primeros tres segundos pidiendo su email, ni cubrirle la pantalla con una oferta cuando aún ni sabe si quiere comprar. La urgencia forzada no convierte; la experiencia fluida, sí.

Lo inteligente es ofrecer el incentivo cuando el usuario esté en el punto adecuado:

• Si está leyendo un artículo, déjale llegar al final antes de ofrecerle una suscripción.
• Si está viendo productos, espera a que haga scroll o cambie de página antes de mostrarle un descuento.
• Si está en el checkout, ahí sí: momento ideal para un empujón final con una oferta bien pensada.

La UX no es solo sobre diseño bonito, sino sobre no molestar en el momento equivocado.

Esto es solo un ejemplo, pero la lista de crímenes contra la UX es larga y dolorosa. Si quieres saber cuáles son los 10 errores que más sacan de quicio a los usuarios, aquí los tienes:

• Exceso de pasos en una acción simple: Obliga a la gente a invertir demasiado tiempo y esfuerzo. Cada barrera extra en la navegación reduce la posibilidad de que el usuario complete su objetivo.
• Popups agresivos o instantaneos: Los pop-ups pueden ser útiles si están bien temporizados y tienen relevancia. Pero cuando interrumpen la lectura de forma insistente y repetitiva, generan rechazo y elevan la tasa de rebote.
• Responsive inexistente: La mayoría del tráfico actual proviene de dispositivos móviles. Un 90% dependiendo del sector. Si la web no está optimizada para pantallas pequeñas, se pierde una gran cantidad de usuarios potenciales.
• Formularios extensos y poco claros: Cada campo extra en un formulario es una oportunidad para que el usuario se canse y abandone. Solicitar información irrelevante genera desconfianza y dificulta la conversión.
• Textos demasiado largos sin organización: Los usuarios suelen “escanear” el contenido en lugar de leerlo todo. Sin subtítulos, negritas o listas, la lectura se hace pesada y confusa, provocando la salida del usuario.
• Falta de feedback visual o de estado: Las personas necesitan saber qué está pasando en cada paso. Un mensaje de “Éxito” o “Hubo un problema, inténtalo de nuevo” es esencial para generar confianza.
• Navegación laberíntica: Cuando la arquitectura de la información no está bien pensada, el usuario se pierde. Es como un mapa sin señalizaciones claras: si no sabes a dónde ir, te vas a otro sitio más sencillo.
• Falta de accesibilidad: La accesibilidad beneficia a todos. Además, los buscadores y normativas cada vez exigen más que los sitios sean inclusivos para distintos tipos de usuarios y dispositivos.
• Autoplay de vídeos o música: Nadie quiere sobresaltarse con un audio inesperado. El usuario debería tener el control de cuándo iniciar un vídeo o audio, no la página.